Descubrí el abanico en España, donde viví durante una temporada cuando tenía unos veinte años. En Andalucía las bellas damas se abanican con él aire fresco cuando las temperaturas suben hasta los 50 grados a la sombra. Antaño existía un lenguaje secreto de coqueteo, que se expresaba con movimientos del abanico, los cuales siguen vigentes hoy aunque ya no se conozcan los códigos. Pon simplemente el abanico delante de tu cara y habla nada más que con tu mirada, si el elegido no capta el mensaje, mala suerte para él, pobrecito…
(Foto: Dario Scandura)
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